Felicidad en estado puro, brutal, natural, volcánico, que gozada, era lo mejor del mundo... Mejor que la droga, mejor que la heroína, mejor que la coca, chutes, porros, hachís, rallas, petas, hierba, marihuana, cannabis, canutos, anfetas, tripis, ácidos, lsd ,éxtasis... Mejor que el sexo, que una felación, que un 69, que una orgía, una paja, el sexo tántrico, el kamasutra, las bolas chinas... Mejor que la nocilla y los batidos de plátano... Mejor que la trilogía de George Lucas, que la serie completa de los Teleñecos, que el fin del Milenium... Mejor que los andares de Ally Mcbeal, Marilyn, la Pitufina, Lara Croft, Naomi Campbell y el lunar de Cindy Crawford... Mejor que el pequeño paso de Amstrong sobre la Luna, el Space Mountain, Papa Noel, la fortuna de Bill Gates, las malas experiencias cercanas a la muerte, la resurrección de Lázaro, todos los chutes de testosterona de Schwarzenegger, el colágenos de los labios de Pamela Anderson, mejor que los excesos de Morrinson... Mejor que la libertad... Mejor que la vida.

martes, 1 de noviembre de 2011

Quizá porque una mirada dice mucho.

O porque puede no decir nada. Porque los silencios duelen más que las palabras o quizá porque son los momentos más bonitos. Porque hay días tan oscuros como la noche o noches que brillan más que un día. O quizá porque hay días para todo o días para olvidar, porque a veces todo es nada y otras veces nada es todo. Quizá porque no siempre correr más rápido significa llegar más lejos, o porque lo pequeño casi siempre es lo más importante, o porque lo grande, en ocasiones es lo más pequeño. Alomejor porque lo ligero a veces es lo que más pesa y lo más pesado es lo más ligero. Quizá porque aunque se pierda, la mayoría se gana, o porque hay victorias que son derrotas. O quizá porque lo más difícil es lo más fácil y nos empeñamos en hacerlo complicado.

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