Felicidad en estado puro, brutal, natural, volcánico, que gozada, era lo mejor del mundo... Mejor que la droga, mejor que la heroína, mejor que la coca, chutes, porros, hachís, rallas, petas, hierba, marihuana, cannabis, canutos, anfetas, tripis, ácidos, lsd ,éxtasis... Mejor que el sexo, que una felación, que un 69, que una orgía, una paja, el sexo tántrico, el kamasutra, las bolas chinas... Mejor que la nocilla y los batidos de plátano... Mejor que la trilogía de George Lucas, que la serie completa de los Teleñecos, que el fin del Milenium... Mejor que los andares de Ally Mcbeal, Marilyn, la Pitufina, Lara Croft, Naomi Campbell y el lunar de Cindy Crawford... Mejor que el pequeño paso de Amstrong sobre la Luna, el Space Mountain, Papa Noel, la fortuna de Bill Gates, las malas experiencias cercanas a la muerte, la resurrección de Lázaro, todos los chutes de testosterona de Schwarzenegger, el colágenos de los labios de Pamela Anderson, mejor que los excesos de Morrinson... Mejor que la libertad... Mejor que la vida.

jueves, 6 de octubre de 2011

No hay nada más complicado que lo simple.


Odio esos días en los que te levantas pensando en todo lo malo que te puede pasar, esos días en los que la vida se te complica, los días que piensas ¡HOY ME COMO EL MUNDO! y justo ese día el mundo te come a ti, odio esa sensación de mal estar, esa sensación de hacer algo malo todo el tiempo, la sensación de que todo va a pique y que no puedes hacer nada para remediarlo. Odio los momentos en los que necesitas a la gente y nadie esta disponibles. Odio todo lo que tenga que ver con un mal día, un mal rato, un mal momento, un día gris, un día en el que te esperas lo mejor y todo pero absolutamente sale mal.Odio no poder remediar esta sensación de que lo hago mal todo. 

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