Felicidad en estado puro, brutal, natural, volcánico, que gozada, era lo mejor del mundo... Mejor que la droga, mejor que la heroína, mejor que la coca, chutes, porros, hachís, rallas, petas, hierba, marihuana, cannabis, canutos, anfetas, tripis, ácidos, lsd ,éxtasis... Mejor que el sexo, que una felación, que un 69, que una orgía, una paja, el sexo tántrico, el kamasutra, las bolas chinas... Mejor que la nocilla y los batidos de plátano... Mejor que la trilogía de George Lucas, que la serie completa de los Teleñecos, que el fin del Milenium... Mejor que los andares de Ally Mcbeal, Marilyn, la Pitufina, Lara Croft, Naomi Campbell y el lunar de Cindy Crawford... Mejor que el pequeño paso de Amstrong sobre la Luna, el Space Mountain, Papa Noel, la fortuna de Bill Gates, las malas experiencias cercanas a la muerte, la resurrección de Lázaro, todos los chutes de testosterona de Schwarzenegger, el colágenos de los labios de Pamela Anderson, mejor que los excesos de Morrinson... Mejor que la libertad... Mejor que la vida.

jueves, 6 de octubre de 2011

Aún recuerdo cuando de pequeña, mis padres me leían cuentos, me contaban múltiples historias insignificantes antes de dormir, que a la mañana siguiente no recordaba, y por ello, cada noche los leía una y otra vez. Noche a noche iba comprendiendo el significado de las cosas, cuando decíamos ''amor'', nos imaginábamos a La Cenicienta con su príncipe azul, a Bella Durmiente con un beso en los labios, Blancanieves y el príncipe entre siete enanitos, Mamá y Papá, amores, que eran para siempre.
Pero conforme pasaban los años, conforme los significados iban dejando huella en mi interior, me dí cuenta que el amor se encuentra en cualquier parte, solo es cuestión de buscar un poco.

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