Felicidad en estado puro, brutal, natural, volcánico, que gozada, era lo mejor del mundo... Mejor que la droga, mejor que la heroína, mejor que la coca, chutes, porros, hachís, rallas, petas, hierba, marihuana, cannabis, canutos, anfetas, tripis, ácidos, lsd ,éxtasis... Mejor que el sexo, que una felación, que un 69, que una orgía, una paja, el sexo tántrico, el kamasutra, las bolas chinas... Mejor que la nocilla y los batidos de plátano... Mejor que la trilogía de George Lucas, que la serie completa de los Teleñecos, que el fin del Milenium... Mejor que los andares de Ally Mcbeal, Marilyn, la Pitufina, Lara Croft, Naomi Campbell y el lunar de Cindy Crawford... Mejor que el pequeño paso de Amstrong sobre la Luna, el Space Mountain, Papa Noel, la fortuna de Bill Gates, las malas experiencias cercanas a la muerte, la resurrección de Lázaro, todos los chutes de testosterona de Schwarzenegger, el colágenos de los labios de Pamela Anderson, mejor que los excesos de Morrinson... Mejor que la libertad... Mejor que la vida.

miércoles, 21 de diciembre de 2011

Prometiste ser el creador de mis sonrisas en los días de invierno, prometiste que serías mi compañero de bailes bajo la lluvia y el que me llevaría de vez en cuando a cenar. Me decías que a mi lado volabas tan alto, que el cielo dejo de ser tu meta. Me decías una y otra vez que no se te ocurría un mejor escondite que mi piel, y que cada noche soñarías con cada una de mis caricias. Me prometiste todo, hasta que perdí la memoria, que siempre serías mío y que yo siempre sería tuya, y no me importaba es mas, era lo único que anhelaba. Tus palabras hacían que mi mente se disparase, y aunque te lo negara a mi mente eso le encantaba. Me prometiste que serías tú lo primero que vería cada despertar y que cuando llegara la noche tu abrazo me haría olvidar mi miedo a la oscuridad. Me prometiste que jamás conoceríamos la rutina, y que la vida juntos sería de otro color. Solías decir que nunca nos rendiríamos, que lo nuestro valía la pena. Pero cuando decidí creer cada una de tus palabras, cuando decidí creer en ti, en mi, y por supuesto en los nuestro, decidiste que lo mejor era seguir tu camino, no sin antes decirme que las promesas están para romperlas; junto con un: lo siento la vida es así.

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