Felicidad en estado puro, brutal, natural, volcánico, que gozada, era lo mejor del mundo... Mejor que la droga, mejor que la heroína, mejor que la coca, chutes, porros, hachís, rallas, petas, hierba, marihuana, cannabis, canutos, anfetas, tripis, ácidos, lsd ,éxtasis... Mejor que el sexo, que una felación, que un 69, que una orgía, una paja, el sexo tántrico, el kamasutra, las bolas chinas... Mejor que la nocilla y los batidos de plátano... Mejor que la trilogía de George Lucas, que la serie completa de los Teleñecos, que el fin del Milenium... Mejor que los andares de Ally Mcbeal, Marilyn, la Pitufina, Lara Croft, Naomi Campbell y el lunar de Cindy Crawford... Mejor que el pequeño paso de Amstrong sobre la Luna, el Space Mountain, Papa Noel, la fortuna de Bill Gates, las malas experiencias cercanas a la muerte, la resurrección de Lázaro, todos los chutes de testosterona de Schwarzenegger, el colágenos de los labios de Pamela Anderson, mejor que los excesos de Morrinson... Mejor que la libertad... Mejor que la vida.

lunes, 22 de abril de 2013


Con un cigarro a medio acabar en una mano y una botella de vodka en la otra, frente a la ventana, mezclando mis lágrimas con las gotas de lluvia, maldiciendo al que dijo que con el alcohol las penas de iban. Porque tú sigues aquí, tú y tu maldito recuerdo. Sigues recorriendo cada noche con tu boca cada milímetro de mi piel. Sigo teniendo presente el mapa de tus lunares. Sigo abrazada a tu almohada como los niños se abrazan a los peluches. Entre mis sábanas sigue tu aroma, el caos de mi existencia. Ya no nos queda ni París, no nos quedan más que recuerdos vacíos, sombras que se ciernen sobre esta casa susurrando un “nosotros” que me está volviendo loca. No quedan más que un montón de sueños rotos clavados en las paredes de este pobre corazón. No quedan más que eternos silencios repletos de amargura. Flota en el ambiente ese poquito de locura. Me están matando estas ganas de ti, de tu piel. Nunca me han gustado los finales, y este no es una excepción. Me faltas. Me falta el aire. Me falta tu voz. Se derrumban las paredes a causa de tu ausencia. Otro trago. Otra calada. Otra lágrima. Otro suspiro. Creo que nunca te dije todo lo que te quise y con ese peso sobre mi espalda me veo incapaz de empezar de cero.

No hay comentarios:

Publicar un comentario