Felicidad en estado puro, brutal, natural, volcánico, que gozada, era lo mejor del mundo... Mejor que la droga, mejor que la heroína, mejor que la coca, chutes, porros, hachís, rallas, petas, hierba, marihuana, cannabis, canutos, anfetas, tripis, ácidos, lsd ,éxtasis... Mejor que el sexo, que una felación, que un 69, que una orgía, una paja, el sexo tántrico, el kamasutra, las bolas chinas... Mejor que la nocilla y los batidos de plátano... Mejor que la trilogía de George Lucas, que la serie completa de los Teleñecos, que el fin del Milenium... Mejor que los andares de Ally Mcbeal, Marilyn, la Pitufina, Lara Croft, Naomi Campbell y el lunar de Cindy Crawford... Mejor que el pequeño paso de Amstrong sobre la Luna, el Space Mountain, Papa Noel, la fortuna de Bill Gates, las malas experiencias cercanas a la muerte, la resurrección de Lázaro, todos los chutes de testosterona de Schwarzenegger, el colágenos de los labios de Pamela Anderson, mejor que los excesos de Morrinson... Mejor que la libertad... Mejor que la vida.

domingo, 8 de enero de 2012

Fin.
Lo que comienza sin un principio termina antes de empezar.
Erase una vez algo que no fue.
Sentado en un sinsentido desatado, atado sin sentido a un pasado demasiado presente.
Las ilusiones se aferran a recuerdos vacíos, momentos nacidos de sueños incumplidos.
Eterna soledad sin sol, que espera esperanzas desesperadas.
Historias inventadas se desvanecen, aún escritas en papel.
Incontables cuentos tristes no contados quedan con el olvido. Y no regresan.
Con ellos concluyen conclusiones inconclusas.
Inicios con punto final.

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