Felicidad en estado puro, brutal, natural, volcánico, que gozada, era lo mejor del mundo... Mejor que la droga, mejor que la heroína, mejor que la coca, chutes, porros, hachís, rallas, petas, hierba, marihuana, cannabis, canutos, anfetas, tripis, ácidos, lsd ,éxtasis... Mejor que el sexo, que una felación, que un 69, que una orgía, una paja, el sexo tántrico, el kamasutra, las bolas chinas... Mejor que la nocilla y los batidos de plátano... Mejor que la trilogía de George Lucas, que la serie completa de los Teleñecos, que el fin del Milenium... Mejor que los andares de Ally Mcbeal, Marilyn, la Pitufina, Lara Croft, Naomi Campbell y el lunar de Cindy Crawford... Mejor que el pequeño paso de Amstrong sobre la Luna, el Space Mountain, Papa Noel, la fortuna de Bill Gates, las malas experiencias cercanas a la muerte, la resurrección de Lázaro, todos los chutes de testosterona de Schwarzenegger, el colágenos de los labios de Pamela Anderson, mejor que los excesos de Morrinson... Mejor que la libertad... Mejor que la vida.

lunes, 2 de enero de 2012

Dicen que callar es de cobardes. Yo no soy cobarde, pero tampoco soy valiente. Encuentro palabras si tengo que decirte que te quiero, que te quedes, que me quieras o cualquier cosa que implique un latido de vida, por pequeño que sea. Callo cuando, después de mi arranque de valentía, me quedo muda y no me queda de otra que alcanzarte y encerrarte entre mis brazos, calcando sobre tu piel las alas de las mariposas que se han escapado de mi estómago. Creo que digo mucho más cuando me resguardo en un silencio que sólo tú entiendes.

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