Felicidad en estado puro, brutal, natural, volcánico, que gozada, era lo mejor del mundo... Mejor que la droga, mejor que la heroína, mejor que la coca, chutes, porros, hachís, rallas, petas, hierba, marihuana, cannabis, canutos, anfetas, tripis, ácidos, lsd ,éxtasis... Mejor que el sexo, que una felación, que un 69, que una orgía, una paja, el sexo tántrico, el kamasutra, las bolas chinas... Mejor que la nocilla y los batidos de plátano... Mejor que la trilogía de George Lucas, que la serie completa de los Teleñecos, que el fin del Milenium... Mejor que los andares de Ally Mcbeal, Marilyn, la Pitufina, Lara Croft, Naomi Campbell y el lunar de Cindy Crawford... Mejor que el pequeño paso de Amstrong sobre la Luna, el Space Mountain, Papa Noel, la fortuna de Bill Gates, las malas experiencias cercanas a la muerte, la resurrección de Lázaro, todos los chutes de testosterona de Schwarzenegger, el colágenos de los labios de Pamela Anderson, mejor que los excesos de Morrinson... Mejor que la libertad... Mejor que la vida.

jueves, 21 de junio de 2012


Pongamos el mundo al revés. Salgamos a la calle sin peinar y sintiéndonos felices por ello. Sin importarnos lo que diga o deje de decir la gente. Vivamos sin complejos, sin inquietudes, sin inseguridades. Cambiemos los relojes de horas y vivamos en un mundo donde no importa el tiempo, donde la hora de despertar la elije cada uno. Un mundo donde la lluvia no arruina planes y donde dormir viendo las estrellas es posible.
Donde no hay que seguir modas para estar agusto con el resto del mundo y donde las marcas de ropa no importan. Donde importan tanto una persona blanca como una de color, y donde el racismo no existe. Un mundo en el que todos tenemos los mismo derechos, las mismas oportunidades y donde los sueños de todos se llegan a cumplir. 

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