Felicidad en estado puro, brutal, natural, volcánico, que gozada, era lo mejor del mundo... Mejor que la droga, mejor que la heroína, mejor que la coca, chutes, porros, hachís, rallas, petas, hierba, marihuana, cannabis, canutos, anfetas, tripis, ácidos, lsd ,éxtasis... Mejor que el sexo, que una felación, que un 69, que una orgía, una paja, el sexo tántrico, el kamasutra, las bolas chinas... Mejor que la nocilla y los batidos de plátano... Mejor que la trilogía de George Lucas, que la serie completa de los Teleñecos, que el fin del Milenium... Mejor que los andares de Ally Mcbeal, Marilyn, la Pitufina, Lara Croft, Naomi Campbell y el lunar de Cindy Crawford... Mejor que el pequeño paso de Amstrong sobre la Luna, el Space Mountain, Papa Noel, la fortuna de Bill Gates, las malas experiencias cercanas a la muerte, la resurrección de Lázaro, todos los chutes de testosterona de Schwarzenegger, el colágenos de los labios de Pamela Anderson, mejor que los excesos de Morrinson... Mejor que la libertad... Mejor que la vida.

martes, 17 de abril de 2012

El que nace, viene a vivir una condena.

Nadie nos pregunta si queremos nacer, no elegimos existir o no existir. Tampoco se nos deja elegir el momento en el que ya no queremos existir más, entonces, ¿quién controla nuestra vida? ¿nosotros? Está claro que no.
El hombre puede crear vida, puede acabar con la misma vida que ha creado, puede levantar rascacielos, puede llegar a la luna o a otros planetas, puede encontrar la cura a millones de enfermedades, inventar miles de formas de divertirse, crear todo tipo de inventos útiles o absurdos, puede aprender millones de palabras en distintos idiomas, recordar historias, imágenes o largas listas de números, puede hacer daño sabiendo donde va a doler más, puede hacer lo imposible con tal de hacer feliz a quien más quiere, puede hacer millones de cosas, pero lo que nunca podrá hacer es algo tan sencillo como borrar recuerdos de su memoria o controlar los sentimientos hacia otra persona.
Muchos dicen: "Si realmente deseas algo, no te rindas, lucha por ello", pero se dejan de mencionar la letra pequeña, que es: "Todo tiene un límite".
Si te cansas de un coche, te compras otro, si te cansas de un lugar, te vas a otro, pero ¿qué pasa si te cansas de tu vida? No queda más que seguir aguantando hasta que un día a la muerte le de por venir a buscarte y te pille en casa.

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