El mundo jamás se parará para esperar a nadie, y mucho menos a mí. Aprendí a reconstruirme mientras avanzo. Yo quiero avanzar, quiero cumplir mis sueños locos, esos que algunos no se atreverían a tener solo porque son tan cobardes que no los intentarían cumplir. Pero tampoco quiero olvidarme de lo que he sido, no quiero olvidarme de a quién he querido ni por qué, no quiero olvidarme del sitio donde nací, no quiero olvidarme de las cosas buenas, pero tampoco quiero olvidarme de mis errores. Soy de las que tropiezan dos, tres, cuatro veces con la misma piedra, y las que hagan falta. Dar la cara, eso es lo que hay que hacer. Y levantarse una mañana y gritare al mundo que tú eres como eres, que te gusta ser así, y no vas a cambiar, porque no quieres, y ya está. Sé que por las cosas buenas hay que pelear, y yo quiero ser una de ellas. También sé que este mundo no carece de nada, solo de amor, al mundo le falta mucho, muchísimo amor.
Felicidad en estado puro, brutal, natural, volcánico, que gozada, era lo mejor del mundo... Mejor que la droga, mejor que la heroína, mejor que la coca, chutes, porros, hachís, rallas, petas, hierba, marihuana, cannabis, canutos, anfetas, tripis, ácidos, lsd ,éxtasis... Mejor que el sexo, que una felación, que un 69, que una orgía, una paja, el sexo tántrico, el kamasutra, las bolas chinas... Mejor que la nocilla y los batidos de plátano... Mejor que la trilogía de George Lucas, que la serie completa de los Teleñecos, que el fin del Milenium... Mejor que los andares de Ally Mcbeal, Marilyn, la Pitufina, Lara Croft, Naomi Campbell y el lunar de Cindy Crawford... Mejor que el pequeño paso de Amstrong sobre la Luna, el Space Mountain, Papa Noel, la fortuna de Bill Gates, las malas experiencias cercanas a la muerte, la resurrección de Lázaro, todos los chutes de testosterona de Schwarzenegger, el colágenos de los labios de Pamela Anderson, mejor que los excesos de Morrinson... Mejor que la libertad... Mejor que la vida.
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